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Cayendo de un cielo de Agosto

Hoy me cayó una cometa en la cabeza...

Yo jamás pude elevar una cometa, por lo menos no como lo hacían mis amigos de la época de colegio; yo pertenecía a la "clase media" así que mi mama me compraba una cometa de esas no muy caras, de plástico con palitos de balso; mis amigos del colegio si que lo eran, pero yo los envidiaba, porque ellos hacían sus propias cometas con bolsas de la basura y palos que, a veces, resultaban mas pesados de lo que debería ser la cometa, ya que el balso, a diferencia de la leña, no se encuentra "al natural" y comprado tiende a ser caro.

Y sin embargo, volaba.

Cometas, papalotes, papagayos, palomitas o como sea que le llamen en cada país, casi todos tienen un mes dedicado exclusivamente a elevarlos, sea Agosto o Septiembre, en ese mes todos los niños salen, con uno comprado o construido, a intentar elevarlo mas que los demás, un concepto de competencia mas allá del acostumbrado "yo la tengo mas grande" de nuestra época, era solo eso, elevar la cometa mas alto de lo que cada uno pudiera imaginarla.

Y una puta cometa de esas me cayó en la cabeza...

A mi favor puedo decir que la destrucción de la cometa fue rápida y eficiente, se partió justo la palanca central de madera de balso que sostiene toda la tela sobre la cometa. Y al romperse rasgo la tela.
No se si fueron 10 segundos o minutos, porque el dolor fue lo suficientemente punzante e insoportable como para perder la noción del tiempo y solo afirmar que la cosa no se elevaría nunca mas, pero en ese lapso, apareció el dueño del cadáver de bicho volador que yacía tras el flagrante intento de asesinato contra mi.
Ver al niño llorar alivio mi dolor de cabeza, tal como decía Bender "¿Sabes que me relaja?, el sufrimiento de otros".

Llega una edad donde ya no vemos las cometas, ya no están en el cielo aunque lo estén, porque ya no las queremos ver, no queremos levantar la cabeza; nos dicen desde pequeños "estudia, ve a la universidad, trabaja", como un algoritmo que queda grabado en fuego sobre la mente, tanto, que después de un tiempo nos la creemos, dejamos las otras cosas, las que importan, vamos a la universidad, conseguimos un trabajo, nos casamos, sacamos un crédito para tener donde vivir, otro crédito para un auto, otro crédito para mas cosas, pensamos en la pensión, tenemos hijos, ellos empiezan a elevar cometas cada Agosto y Septiembre mientras nosotros nos encargamos de regrabarles en la mente que deben estudiar, ir a la universidad y trabajar ... por eso decía Tarantino, que la venganza se sirve fría.

Hoy, esa experiencia, cercana a la muerte más ridícula que puede tener un ser humano, me hizo mirar al cielo, a mi asesino, me di cuenta que hacia muchísimos años ni lo veía ni me importaba; la ultima vez que me importo una cometa fue cuando una se estrello contra el transformador eléctrico del poste de mi manzana, pero solo hasta hoy recordé que existían, que alguna vez intente elevarlas y siempre veía a mis amigos con unas que volaban mucho mas alto que la mía, porque ellos vivían la vida, para bien o para mal, no tenían grabado un algoritmo de "proyecto de vida" en sus mentes.

Es eso o es el hematoma de 4 centímetros que tengo entre mi cráneo y una bolsa de hielo; porque hoy me quedo claro que el tiempo en realidad pasa, la gente en realidad cambia y a uno se le olvida que hay cometas, no esperen, lo tercero, es que uno se vuelve viejo.

¡¡Abajo las cometas!!, no, ¡mejor arriba!, así no matan a nadie.

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