El poderoso técnico de la televisión por cable

La gran mayoría de los pobres mortales no tiene un poder considerable sobre nadie. Eso me incluye a mí, pero mi ego es demasiado estratosférico para siquiera considerarme al nivel de la gente que me fastidia. Ningún padre de ninguna generación ha tenido real control sobre sus hijos. Ningún jefe de empresa realmente tiene la lealtad eterna y eficiencia máxima de sus empleados.

Por eso, cuando alguien llama a mi oficina porque su PC no prende, pretendo que odio la interrupción del dulce recorrido de mi vida por la insolencia de la ignorancia. No es así. Hay días que amo esa voz al teléfono diciéndome “Oh Ed, no me entra el mesanjer”, confesándome que su insulsa dignidad está en mis manos.

Excepto cuando eso juega en mi contra.

No podemos saberlo todo. Los administradores de sistemas nos burlamos de la ignorancia de los usuarios en sus caras. Los médicos se ríen a nuestra espalda de las idioteces que hacemos con nuestras vidas. Los mecánicos nos quitaran el sueldo que tanto merecemos engañándonos con que el “hiragana” del carro está dañado.

Y hay casos en los que la gente más humilde y de buen corazón abusará del poder más mínimo para, por ese pequeño lapso de tiempo, sentirse poderosos.

Los vigilantes del edificio no te dejarán entrar sin “identificación”. Los encargados de la limpieza no te dejarán pasar “por ese piso mojado”. La mujer del call center no te dará la información que quieres si no la pides por FAX.

Es un mundo de oportunidades.

Hoy vino el técnico de mi televisión por cable. Es el típico cable coaxial que te da 60 canales de basura por un precio ridículo al mes. Era una “revisión de rutina” en la que el técnico encontró mi “creativa” instalación hogareña.

El cable principal va al televisor de mi casa, donde un decodificador bifurca la señal hacia un televisor secundario en otro cuarto y un televisor pequeño en el sótano, donde he mandado a vivir a mi hermano. Por ultimo, una segunda bifurcación en el segundo televisor que va a la tarjeta de video de mi PC.

Definiría como “admiración” lo que el rostro de aquel técnico decía.

Mi empresa de cable, mierdosa como ninguna, tiene un plan “especial” que por “más dinero” te dan el decodificador y el “permiso” de instalar la señal a más de un TV. Así que la conversación derivó en

- Señor, le cortaré su señal de cable - dijo el Técnico.
- ¿Por qué? - pregunté - Pagué los cinco dólares que pagan la universidad de los hijos de tu jefe
- Usted está ilegalmente dividiendo la señal y robándola para otros televisores.
- ¿Estoy robando MI señal, por la que pago, para robarme a... MI... para MIS televisores?
- Sí, la tengo que cortar.
- No.
- Uh...
- Yo pago por recibir una serie de impulsos metidos en un cable coaxial de baja calidad que entra a mi casa. Tengo el derecho a hacer con ellos lo que se me de la gana, porque son mis impulsos.
- Pero Shit-TV tiene un plan especial para hasta 5 TVs que usted no compró.
- Claro que no. Es un atrapaidiotas para gente que no puede unir un cable con otro.
- La empresa me obliga. Tengo que cortarla.
- La situación es sencilla. Puedes cortar la conexión, pero legalmente, la empresa no tiene derecho real de prohibir al usuario usar su cable como quiera, mientras no lo revenda. Impondré una demanda a la superintendencia que escalaría a una conciliación, donde tendría una disculpa de la empresa y una ración de jamón de por vida. Por supuesto, en la demanda, pondría tu dulce nombre en letras grandes y resaltadas, llamándote “la persona encargada de todo” y sobre quien debe caer la responsabilidad. Ahora piensa tan rápido como tu mente te permita ¿Qué te decían en el entrenamiento de soporte técnico acerca de qué hacer cuando un cliente amenaza en demandarte a ti y tu descendencia?


Nunca lo volví a ver y mi señal sigue funcionando. Aunque no la uso ¿Quién quiere ver 60 canales de nada?

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