Inside Grupo W: La historia detrás de la agencia interactiva

Pocos saben que la agencia interactiva más importante de Latinoamérica está en una ciudad llamada Saltillo, en México. Que nacieron en una pequeña oficina, haciendo sitios web para comercios y empresas de su ciudad. O que ahora mismo son la cuarta agencia más importante del mundo.

Grupo W ha forjado un camino de calidad, innovación y muchas decisiones raras que les han valido una colección deslumbrante de galardones y clientes de alto nivel. Pero más allá de sus campañas, de lo que digamos de ellos o lo que ellos digan de nosotros, W es uno de los mejores y más bizarros lugares para crear Internet.

Estuve en sus oficinas en noviembre del año pasado, en pleno desarrollo de su última campaña, Detective Stripes. Guiado por Arturo, encargado de marketing e invitado por Dani Granatta, amigo y director interactivo de la agencia.

Aquí empieza lo bizarro.

Miguel y Ulises son los socios fundadores de W. Ambos están envueltos en todo el proceso de desarrollo. Desde el contacto directo con el cliente, hasta la elección de las paletas de colores. No significa control absoluto, sólo una fuerte relación entre las ideas y el producto final. En W no hay ejecutivos de cuenta, ni directores de proyecto per se.

La agencia cuenta con las variedades estándar de “entorno creativo”. La mesa de juntas es una mesa de ping pong afuera de W. Hay un proyector gigante con un Wii y un Gamecube. Una cocina. Un patio donde, cuando alguien nuevo llega, debe hacer un asado para todos. Y dos perros que duermen todo el día.


La verdad, a excepción de los asados, la gente está demasiado concentrada en la misión. Enfocada en su trabajo. Todo adornado por una pared entera llena de oro perteneciente a W. Cybercannes, Webby Awards y todo tipo de premios imaginables para sitios web lucen en la oficina.


Pero es el proceso y los detalles lo interesante. Ulises y Calef, encargado de composición de audio en W, detallan y pulen una pieza musical para Stripes que muy pocos percibirán. Raúl repasa el código de Stripes y los troposcientos mil layers de las animaciones que lo componen. En otro lugar, Miguel y Jalex retocan, frame por frame, un efecto de video para limpiar sombras que sólo las nota un loco sin vida a las 4am viendo por vigésima vez el sitio.


La milla extra. No es por nada la pared de oro.

Miguel tiene claro el futuro de W. Él concentrarse en lo que ellos hacen mejor en vez de imitar. En crecer como empresa, sin perder el sentimiento de familia unida. En los premios, los clientes y los logros obtenidos. En el gusto que le dio hacer Semillero y cómo, a pesar de su extraño concepto, fue un éxito absoluto para el cliente. En las nuevas oficinas, los planes de expansión y la consolidación internacional de W.


También en las nuevas oficinas con piscina.


No todo es felicidad y amor, por supuesto. Ni (lamentablemente) cabalgan todos en unicornios sobre nubes de arcoiris. Trabajar en Grupo W es un compromiso fuerte. Es un esfuerzo serio y completo de tus habilidades, así como una entrega total por el proyecto a entregar. Hay stress, hay fechas límite, hay presupuestos, hay maldiciones y hay trasnochos.


Pero después de una semana con ellos, aprendes que son el tipo de trasnochos que vale la pena vivir.

[ Puedes ver todas las fotos de Inside W y de Saltillo, México en L4C ]

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