F.E.A.R. y Alma destruyeron mi PC

Todas las noches rezo: "Poderoso FSM que vives en el volcán de cerveza, no me dejes caer en la tentación de convertir a Cristalab en mi bitácora personal, Ramen". Pero la carne es débil y si no escribo esto, mis nietos no lo creerán.

En ocasiones, juego. Ya saben, llegas estresado a casa, después de destruir las vidas y herir los sentimientos de incontables usuarios, clientes y compañeros de trabajo, algo que ciertamente disfruto del oficio pero que tiene como problema el agotamiento posterior. Por ello juego, en mi PC, la clase de juegos que normalmente me atraen, los FPS (First Person Shooter)



Half Life 2, ambos Halo, los Battlefield y demás incontable cantidad de títulos de este género. Mi Mouse y teclado han abatido a cada uno en sus más jodidas modalidades (Porque a excepción del Wii, jugar un FPS en consola es como escribir emails en un teléfono móvil). Me recomendaron F.E.A.R. por su alto nivel grafico, de dificultad y estrategia.

Mi PC es un Athlon XP 2400+ con 2GB de RAM y una nVidia FX5200 de 128MB. Sí, una configuración de hace 3 años. Sin embargo, así jugué con máxima calidad, Half Life 2 y GTA: San Andreas. La lógica dicta que será posible jugar cualquier otro juego en similar calidad grafica.



Con F.E.A.R. la lógica se puede ir al carajo. Se ve simplemente asqueroso en una FX5200, el sonido se ralentiza, algunos de los personajes tienen animaciones saltadas y los gráficos parecen sacados de Quake 2 y aún así no corre bien. ¿Cómo Valve hizo posible tener graficas impresionantes en PCs normales con Half Life 2 y F.E.A.R. no pudo? Yo culpo a los creadores de tarjetas. De cualquier manera, empecé a jugarlo, aún en tan deplorables condiciones.



La historia y forma de contarla en el juego es genial. Muy similar al método Half Life, donde jamás te sacan de contexto. Siempre tienes el control. Junto a un impresionante sistema de inteligencia artificial para los enemigos y gran calidad de conversación entre ellos, el juego incluye terror. Es una historia de terror psicológico con bastante ciencia ficción especulativa de por medio. Además está esta niña:



Alma, que se te aparece en ocasiones (A lo G-Man de Half Life... ¿Han notado que Half Life me gusta en extremo? Espero que no) y te jode tanto a nivel cardiaco como al del gameplay. En conclusión, una muy buena historia interactiva, como debe ser.

El domingo pasado jugaba yo a eso de las 9 de la noche bajo un silencio absoluto. Acababa de terminar un trozo donde salen unos malditos robots voladores que parecieran sacados de los juguetes de Axe. Caminaba por un corredor vacío, quietud, subwoofers plenos, de repente, PUFF, Alma se me aparece con su apariencia de "El Aro" en fullscreen, el monitor queda negro, el PC se apaga, el disco hace "tack".



Recordé, dos minutos después, que hay que respirar para vivir. Reinicio y antes de arrancar, Windows (El juego no es multiplataforma) me saca una pantalla azul diciendo que el disco puede estar corrupto y que estoy espectacularmente llevado. Inserto el CD de instalación de Win con la esperanza de que pueda arreglarlo. Misma pantalla azul. Lo mando todo al carajo y decido reinstalar el sistema. Misma pantalla azul.

Me pregunto, por unos instantes, si Alma tendrá madre. Decido que para esta ocasión la tendrá y empiezo mentalmente a especular cual será su profesión. Luego de este curso de pensamientos acerca de la progenitora de la niña del vestido rojo, tomo medidas activas. Arranco Ubuntu.

Ubuntu no arranca, con un aviso de lo más tierno diciendo "MEMORY OR DISK ERROR". Aquella distribución sagrada que jamás me había fallado ahora me estaba traicionando. Me estaba cobrando todas las horas que no estuve con ella. Era mi culpa, no le di el suficiente amor y ahora se negaba a ayudarme. Pero como en el mundo real, hay muchos Ubuntus en el mar. Voy por alguno de los viejos Live CDs.

El Live CD sí arranca, monto los discos NTFS y al parecer mis archivos importantes en están intactos, no se perdió el código fuente de Cristalab v3.1. Busco en donde tenía los archivos de sistema, están todos, voy al escritorio, donde guardaba varios documentos urgentes o relevantes... no está. Decido que perder es ganar un poco y usando las herramientas de Ubuntu, borro la partición original de Windows, lo que me permitirá reinstalar desde cero.

Selectivamente, sólo perdí los documentos del escritorio (Que desaparecieron en éter) y un día y medio de productividad. Además de todo el avance en aquel juego que jamás volví a tocar. Reinstalé todo mi sistema, reflexioné acerca de cómo habría sido mi vida si no hubiera tenido aquel Live CD (Nada buena) y recordé aquellas frases épicas que evocaron en mí aquel juego



La madre que parió a Alma.

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