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La web, hipertexto y literatura

Por lord Shiva, [email protected]
"Life is like a videogame with no chances to win..."
Atari Teenage Riot (into the dead - burn, berlin, burn)

Introducción

Si estás leyendo este artículo entonces te interesa en alguna forma cierto tipo de literatura, y estás usando internet y más precisamente un mecanismo hipertextual.
Sin darte cuenta (o sí) ya caíste en la perversa batalla entre el idealismo más utópico y el uso de un sistema masivo y global con implicancias bastante sombrías.
El profetizado boom de la sociedad de la información nos ha explotado en la cara de golpe. Echemos un ojo a ciertos hechos del uso del hipertexto como herramienta en el sistema literario, que de tan obvios pasan inadvertidos.
Bienvenidos a un mundo virtual demasiado parecido al real

¿Qué carajo es el hipertexto?

Cuando usás internet para ver una página web estás usando hipertexto.
El hipertexto se ideó como una evolución del texto, en la cual se agregan la multilienalidad de contenidos paralelos, y la no secuencialidad de los mismos.
Es un enfoque de la información, es una tecnología de la comunicación y es un sistema gracias al cual esta evolución textual puede hacerse posible.
Bajo este enfoque un usuario de hipertexto puede manejar y organizar información diversa, creándola, agregándola, enlazándola y compartiéndola, merced a una tecnología de bases de datos, organizada en bloques de contenido llamados lexias, interconectados por enlaces o links, que oportunamente activados recuperan texto, gráficos, imágenes, video, animaciones, audio o una combinación de todo esto (el hipermedio), permitiéndole así personalizar tanto la presentación como la generación de las lexias.
Este enfoque se asemeja mejor al paradigma natural de la construcción del conocimiento humano, que actúa por libre asociación, estableciendo categorías personales de acuerdo a determinados intereses o necesidades, que el texto tradicional, con una secuencia de monolectura predeterminada.
El fenómeno hipertextual consta de un hiperdocumento que es el contenido de información en sí misma (los fragmentos hipermediales + los enlaces), un sistema hipertextual que es la herramienta de software que usemos para leer y/o escribir hipertexto y un ambiente hipertextual que es el hardware que soporta el sistema y el hiperdocumento. El hipertexto idealmente debería poseer medios de organización y presentación de los datos bajo diversas estructuras, una interfaz gráfica intuitiva que por su virtualidad emule los modelos cognitivos humanos, un ambiente compartido de distribución y concurrencia, un ambiente colaborativo que permite crear nuevas referencias embebidas en el texto y fácilmente portables, que no alteren lo referenciado, y varios mecanismos de recuperación de datos.

Un poquito de historia. No hay nada nuevo bajo el sol (excepto este virtual juguetito).

A pesar de sus veinte años de madurez la idea del hipertexto no es novedosa. Hay antecedentes en el campo artístico de muy larga data (directamente relacionado con la pedagogía y la encriptación hermética), como el I-Ching, antiguo tratado oracular taoísta, la technopaegnia de la Grecia clásica, los kaligramas, los textos mágicos y alquímicos, y las interpretaciones cabalísticas. De forma más reciente buenos ejemplos de contenidos multineales son el Quijote de Cervantes, Así habló Zaratustra de Nietzche, Rayuela de Cortázar, el film Ocho y Medio de Fellini o la miniserie Picos Gemelos de Lynch.
De hecho el texto tradicional es una estructura dinámica, y el principio y fin de los mismos no son marcas de clausura sino conexiones con otros textos. Están contextualizados psíquica, cultural, social y políticamente. Los discursos tradicionales utilizan la habitualmente la polifonía y la intertextualidad como estrategias propias.
Finalmente la lectura es un fenómeno de colaboración semiótica, un nexo entre autor y lector, un medio para llegar a la comunicación.
La hipertextualidad no añade nada nuevo a las teorías discursivas en sí mismas, pero brinda un medio y un soporte ideal para materializarlas. De la misma manera en la que mediante un software de representación de sistemas matemáticos podemos visualizar objetos geométricos de dimensión fraccionaria difícilmente practicables sin la herramienta tecnológica, de igual manera el sistema hipertextual permite visualizar libremente los procesos cognitivos humanos a través de hiperdocumentos.

Igualito que con la imprenta y la máquina de escribir.

El sistema literario está integrado por sectores que hacen posible la realidad de la lectura de un texto, conectando al autor con el lector último. Históricamente cada innovación tecnológica en el campo literario ha modificado el sistema drásticamente, y así el concepto mismo de los textos. Desde las láminas de arcilla o cera y las estecas en babilonia, o el papel y la pluma que hicieron perdurable un evento efímero como la transmisión de la tradición oral. Desde la imprenta que multiplicó enormemente la disponibilidad de textos y quitó el carácter único, personal y elitista de cada copia manuscrita, o la máquina de escribir que llevó la posibilidades de la imprenta a la esfera individual de cada autor. Siempre se alzaron voces reaccionarias amparándose en romanticismos absurdos, negando el carácter artístico de los discursos ejecutados con tecnología innovadora. Y es que los centros de poder se benefician con la ignorancia y la alta especialización de la información, con la restricción de su distribución y el acceso que a ella se tenga, de una forma u otra.
El sector creativo literario comete un craso error al confundir el factor tecnológico de la escritura con el factor creativo, cuando son dos cosas bien diferenciadas. Como el hipertexto "deshumaniza" en cierta forma la comunicación genera miedo al reemplazo del autor por un proceso automático. Lo cierto es que el hipertexto aumenta la autonomía productiva, desde las herramientas de edición digital, el incremento de la producción de textos (aunque no necesariamente de la calidad de los mismos), y la sustitución de la condición de escritor rechazado por las editoriales, a escritor "poco leído". El hipermedio permite explotar ciertas posibilidades textuales que los escritos tradicionales dejan de lado, como la rítmica de la escritura, la expresividad acústica de una voz recitando, y la interconexión multihilos dinámica.
El sector de producción editorial puede tener reacciones diversas ante la aparición de las nuevas tecnologías hipermediales. Dado que la inmensa mayoría de las editoriales son empresas comerciales, cuyo único fin, lejos de la cultura, es ganar dinero este sector puede asimilar o rechazar el hipertexto en función de la consolidación y la conveniencia de nuevos mercados. Las ediciones electrónicas de los libros permiten emitir tiradas críticas lo que redunda en el ahorro de papel, por ende de espacio y dinero, también hace posible la modalidad de impresión bajo demanda (mediante una suscripción). Los libros electrónicos nunca se agotan. Por otro lado en un medio tan complejo e incontrolable como las redes de información se hace imposible ejercer un efectivo control de copia.
Los sectores dedicados a la distribución literaria tienden a desaparecer conllevando una disminución del precio final de los libros.
Al eliminarse el factor de distancia física entre el ejemplar del libro ya editado y el lector las librerías tenderán a especializarse tanto en las temáticas como en el público al que apunten para adaptarse a estos nuevos cambios.
Dentro del sector de los lectores los más beneficiados son los escolares y académicos que podrán echar mano a optimizados medios pedagógicos, y velocidad para generar y distribuir textos especializados que suelen tener vigencia por corto tiempo.
Los críticos, que no dejan de ser lectores profesionalizados modifican sus condiciones de labor pero no mucho más que eso.
Los sectores documentales mejoran sus consultas y métodos de archivo, crean redes mundiales de consulta de textos, que puede interpretarse idealmente como una contraposición a la centralización del conocimiento, por un modelo de biblioteca universal dispersa y rápidamente accesible.

A favor o en contra (elegí el color, las blancas mueven primero).

Sin caer en los extremos de la mesiánica y alucinada utopía maquinista de salvación de los transhumanistas, o el rechazo sistemático y reaccionario a lo tecnológico que solamente contribuye a establecer más fuertemente un status quo jerárquico del poder, hay que hacer un balance entre lo positivo y lo negativo de la realidad del fenómeno hipertextual.
Ciertamente el uso y manejo de este sistema permite una descentralización de los discursos, y una democratización de la información. Brinda el poder de producir y distribuir de forma autónoma y libre la literatura y el arte en general. Pone de manifiesto la necesidad de nuevas mentes capaces de construir textos cartográficos, y nuevas mentes capaces de navegar estos mapas conceptuales de forma creativa. Son una forma práctica de promocionar la libertad, y de generar un nuevo tipo de arte comunitario y lúdico, difuminando las fronteras entre lo cotidiano y lo artístico de forma participativa.
El talón de Aquiles de esta realidad es que el hipertexto se manifiesta gracias a un hiperespacio físico y tecnológico. Casi cualquier autor puede hoy acceder rápidamente a una computadora personal con el software necesario para producir, leer y acceder hipertexto, pero las redes de fibra óptica que circunvalan el globo varios cientos de veces, los enlaces satelitales que salvan miles de kilómetros en un segundo, los poderosos servidores que alojan los hiperdocumentos están ciertamente fuera del alcance del usuario medio. Igualmente con los conocimientos técnicos necesarios para poder gestionar íntegramente un hiperespacio autónomo.
El empleo de las tecnologías de comunicación implica el cumplimiento de ciertas premisas políticas. Hay que atender al cambio de los protocolos de comunicación conocidos, usados, acatados, discutidos o desobedecidos, y a la posición de los discursos de poder y a las instituciones que los detentan.
El desarrollo de ese ambiente de "hardware pesado" ha estado en manos de corporaciones que comercian con el bien más preciado en la actualidad, la información. Los núcleos de poder material ya están bastante consolidados, y en el futuro solo resta la concentración de ese poder en cúmulos cada vez más pequeños y totalitarios.
El hipertexto no deja de ser una manifestación de la búsqueda de un lenguaje común que acelere y optimice la comunicación, impulsada por el interés económico de la industria y por el afán de concentrar enormes cantidades de información relevante para tomar decisiones corporativas.
Los sistemas hipermediales buscan trasladar el mundo a la Red, un cyberespacio de tiempo congelado. Tras la polimorfia, la multisecuencialidad y la interactividad del mundo virtualizado se esconde una peligrosa uniformidad semiótica que aspira a colonizar discursos culturales regionales, borrando distancias geográficas e históricas en beneficio de un mercado masivo, ávido de espectáculo, rapidez, diversión y superficialidad. El hipertexto puede ocultar el contexto y la historia de las lexias, borrar su procedencia o acomodarla caprichosamente, lo que resulta muy peligroso en lexias de contenido discursivo teórico o crítico. Puede ser una herramienta para que las instituciones que detentan el poder de la información adapten ideas individuales a sus propios fines.
La descentralización del poder de la información y los discursos tiene que ver menos con el hipertexto que con el hecho de que los enlaces y el contenido de las lexias están trazados a priori, puesto que con la excepción de una pequeña minoría ilustrada en los procesos de gestión hipertextual y el ambiente que le es propio, el usuario medio solo consume la información que encuentra en la red, no genera nuevos bloques de contenido ni nuevos enlaces entre los mismos.
Para que el hecho del hipertexto ocurra debe intermediar antes un programador que desarrolle el entorno informático que lo soporte, y también con la excepción de una minoría aún más selecta integrada por los programadores que trabajan en el desarrollo de sistemas de software libre, de código abierto bajo licencias públicas generales, por lo general los programadores desarrollan estos entorno como medio para ganarse la vida: una empresa le paga por desarrollar software rentable, sin importarle si este es o no políticamente liberador o democrático.
Para que el hipermedio sea rentable se deben generar entornos masivos con pocas distinciones culturales. Salvo limitadas redes de usuarios, la inmensa mayoría del espacio hipertextual es de entretenimiento (desde video juegos hasta pornografía), donde los límites están fuertemente fijados, y el acceso a muchos contenidos sigue estando restringido o negociable previo pago u otro tipo de filtro.
Teniendo estas cuestiones claras es más fácil diferenciar lexias que tiendan a una liberación del conocimiento y la comunicación, o camufladas bajo una apariencia liberadora, apunten a tornar un medio creado para la libertad, en un medio usado para seguir comerciando con la información. Un legendario hombre judío dijo hace casi dos mil años "...dadle al César lo que es del César..."

¿Cuán abajo es el under?

Así que tenés un sitio web underground, y lo alojaste en geocities, pero antes lo redireccionaste en cjb. Entonces tus usuarios, antes de poder acceder a tus contenidos fueron infectados con mucha probabilidad con una peste de adware, con una cookie y algún spyware y al entrar a tu sitio cada tanto ven unas pop ups o unos banners muy bonitos con publicidades que poco tienen que ver con el mensaje que querés comunicar. Lo que importa es la esencia dirás, pero estás sostenido on line por corporaciones. No creas que sos como un insider socavando viralmente el sistema desde adentro. Ellos te usan, y te usan fulero. Tienen un control preciso de qué contenidos alojaste, recavan información de tus usuarios (o sus usuarios para ser más estrictos) sin su expreso consentimiento y usan esta información para generar estadísticas que les permitan tomar decisiones más acertadas acerca de cómo consolidar mejor su poder corporativo. Poco les importa que en realidad hables en su contra, lo que ellos quieren de vos ya lo tienen hace rato. Game Over. Usan tu sed de libertad para engrosar monstruosas cuentas en Suiza y para perfeccionar los mecanismos publicitarios, y de dominación cultural.
Qué hacer entonces. La respuesta no es fácil. Pagar por el alojamiento, y registrar dominios es la más corta, pero seguís chupándosela a las corporaciones, eso sí, tus usuarios agradecidos. Empezar por aprender acerca de detalles técnicos que poco tienen que ver con el arte. Invertir mucho tiempo en el estudio, restando horas de sueño o trabajo. Estar dispuesto a gestionar (plin! caja) conexiones de fibra óptica profesional (aunque consigas cagarte en los sitios de alojamiento gratuito y en los pagos siempre vas a tener que bajarte los lienzos ante los tipos pesados de la red, los chicos de los cables), montarte tu propio servidor y tenerlo funcionando las 24 horas. Bah, vas a estar mucho más expuesto al hacking de las personas a las que no les simpatices, y quizás 24 horas de up time se transformen en 20, o en 12 (¿te contentarías con 3 días a la semana?).
Así que webmasters, diseñadores y desarrolladores del under de internet: ¡Uníos!... o seguid viviendo en la irrealidad de vuestros idealistas sueños

Bonus 1: ¿Y por casa cómo andamos? (la guerra ha comenzado)

Si vivís en Argentina habrás notado que en los últimos meses internet anda muy mal. No le eches la culpa al encargado del cybercafé al que vas, tampoco a la rubia que promociona tu conexión gratuita, ni a los servidores de los sitios que visites. El problema es mucho más simple e intestino.
La Cámara Argentina de Bases de Datos (CABASE) es una asociación sin fines de lucro (ni te lo creas tanto), fundada en 1989, cuyo fin es brindar un marco de encuentro y acuerdo entre todos los proveedores de servicios de internet, y carriers (los chicos de los cables), y un punto único de interconexión física entre todos ellos en una instalación denominada National Access Point (NAP).
Ese punto de interconexión en el NAP surge de un acuerdo firmado en 1998 por los 30 miembros más importantes de de CABASE, para mejorar la eficiencia de la conectividad general y especialmente nacional. Su fin es facilitar la conexión de contenidos alojados en diferentes redes desde cualquiera de ellas, estimulando la facilidad en el uso de internet.
El 86% del tráfico en la web lo poseen solo 4 de los 30 socios (Telefónica, Telecom, Impsat y Prima), denominados por la prensa el G4. Hacia mediados del año pasado los culos gordos del G4 decidieron restringir la capacidad de tráfico con el NAP, violando acuerdos preexistentes, amparándose en el hecho de considerar que internet ya está madura y no necesita fomentarse más su uso. De ahora en más pretenden que se les paguen adicionales por acceder a sus redes desde proveedores externos, una sucia maniobra extorsiva. Así que si no te conectás usando alguno de los servicios del G4, pero lo que querés acceder está alojado en alguna de sus redes, o si usás conexión del G4, pero deseás acceder a un contenido foráneo, entonces vas muy mal, porque te podés quedar esperando horas antes de que esa página cargue.
¿Y por qué esto no ha salido en los diarios? Simplemente los medios de comunicación, o pertenecen a los mismos holdings que los miembros del G4, o tienen relaciones carnales con ellos. ¿Te imaginas qué puede pasar si un medio de comunicación se queda sin teléfono?
Ya ves qué poco tiene que ver la práctica del hipertexto con su idealista teoría. Hora de afilar los colmillos

Bonus 2: El estilo sobre la sustancia, o como dijo un cyberpunk, la actitud lo es todo.

Bueno, nada mejor que empezar a practicar el under antes que a paladearlo en teoría. La gente de letrasnegras.com ofrece libertad y aceptación editorial... ¿a cambio de nada?
Veamos, hasta donde sé alojan su página junto con otras de la misma "red" en un plan reseller de estados unidos, pagan más caro el hosting, pagan el registro del dominio, así que bajo su aspecto rebelde acatan sumisamente las normas del establishment vigente. Editan los libros electrónicos de los desinteresados (casi todos) autores con un software llamado Activ E Book Compiler (que espero que hayan crackeado antes que comprarlo). Te dejan bajar gratis una copia en formato de html encriptado, compilado y ejecutable.
Pero resulta que como cereza amarga en la torta te encontrás con que solo podés abrirlo una cantidad limitada de veces o de días, al cabo de las cuales, para desbloquear el e book, debés ingresar una contraseña que ellos te brindan. Hasta hace unos días pedían a cambio de la contraseña 5 dólares o una lista de 50 correos electrónicos para practicar su intento de spam.
Ahora aparentemente el proceso es un poco más transparente, al menos no te corren con la guita de las editoriales que critican, ni te piden correos para spam, será porque no le habían dicho nada a los autores de su pequeña maniobra. Eso sí, junto con algunos de los e books te instalan una pequeño archivo oculto en el que recavan información sobre tu máquina y agregan algunos comandos al shell. Eso no se hace. O si se hace me suena a mojada de oreja. Pero qué cabe esperar de aquel "contracultural" que usa PayPal para fajarte 60 dólares por un libro del "under". Fuck off.
Es poco coherente promover la libertad de comunicación y restringirla con contraseñas y spywares. Habla de un doble discurso muy común en la contracultura, y del uso de los mismos mecanismos que se intenta combatir (como dijo Tolkien, no existe ni bien ni mal, solamente deseo de crear o deseo de poder). Es hora de terminar con las revoluciones y empezar con las evoluciones, así que sólo por molestar, sólo para que realmente crees tu propia cultura, y de paso patees algunos culos gordos y pagados de sí mismos te voy a enseñar a crackear estos e books. El ejemplo lo hago usando como sistema operativo WinXP, si tenés otro diferente ponete en contacto conmigo y hablamos. Manos a la obra que es más fácil que comer pan.
Tenés que ir al explorador de Windows (o el programa que uses para ver y administrar tus archivos). Las opciones deben estar seteadas para poder ver archivos ocultos o de sistema (eso se hace yendo, en el explorador de Windows, al menú "Herramientas" > "Opciones de carpeta", y una vez allí te vas a la solapa "Ver", y en el apartado "Archivos y Carpetas Ocultos" marcás "mostrar todos las carpetas y archivos ocultos").
Abrís el e book y lo dejás abierto, pero minimizado en la barra de tareas.
Te vas al disco rígido en el que tengás instalado el sistema operativo (generalmente el C:), y allí a la carpeta "Documents and Settings", allí a la carpeta que se llame como el nombre de inicio de sesión en Windows, allí la carpeta "Configuración Local", luego la carpeta "Temp", allí a una carpeta rotulada simplemente "e", dentro de esa carpeta habrá otra con un nombre largo compuesto por muchos números y algunas letras (como por ejemplo 18695-040220-095627-56.a2k). La ruta a esa carpeta podría quedarte algo así como "C:Documents and SettingsUsuarioConfiguración localTempe18695-040220-095627-56.a2k".
Dentro de la misma vas a encontrar los archivos que componen el libro electrónico. Solo tenés que abrir un archivo de texto sin formato llamado "pass.txt", y allí tenés toda la lista de contraseñas para desbloquear el libro electrónico, separadas por retornos de carro.
Te vas al menú del e book y hacés click en el ícono de la llave, y allí te dice qué número de contraseña tenés que usar, cerrás el cuadro de entrada, volvés a la lista de contraseñas, copiás (selección + ctrl+c) el password que corresponda, volvés al e book, hacés click en el ícono de la llave nuevamente, pegás la contraseña (ctrl+v), y apretás Enter.
Listo, ya crackeaste un libro electrónico de letrasnegras.com. Esto es ilegal. Ahora si sos un poco obsecuente, quizás debás seguir los mecanismos previstos por esta editorial taaan "under", y taaan "contracultural".
"Hack the world", "Shock the mainframe" y "Jungle Boogie, nena".

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